Estudio del perfil lipídico en el laboratorio clínico: enfoque integral
Descubre cómo el estudio del perfil lipídico en el laboratorio clínico es esencial en la prevención, monitorización y evaluación de enfermedades cardiovasculares. Desde la estratificación de valores hasta la medición precisa del colesterol LDL y la atención a factores genéticos, este enfoque integral está transformando la evaluación del riesgo cardiovascular.
Recomendaciones del laboratorio clínico para prevenir enfermedades cardiovasculares
- Partículas Remanentes: Los consensos de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis y la Sociedad Europea de Medicina de Laboratorio sugieren estimar las partículas remanentes como un complemento esencial.
- Colesterol LDL Directo: Para pacientes con niveles elevados de triglicéridos (>400 mg/dL), se recomienda medir directamente el colesterol LDL para una mayor precisión.
- Apolipoproteína B (Apo B): Aunque no suele formar parte del perfil lipídico estándar, la Apo B constituye la principal parte proteica de las lipoproteínas aterogénicas, incluyendo el colesterol VLDL y el colesterol LDL. Su evaluación es relevante en casos de altos niveles de triglicéridos, diabetes, obesidad, síndrome metabólico o cuando la medición del colesterol LDL es imprecisa. El componente genético desempeña un papel importante en la variabilidad de la Apo B. La presencia de ciertos alelos, como la heterocigosis de APO E2, y APO E4, puede influir en el aumento de la probabilidad de aterosclerosis y dislipidemias graves. Por el contrario, la heterocigosis de APO E3 es el genotipo más común y no se asocia a un aumento del RCV.
- Colesterol No HDL: Se mide en todos los pacientes como parte del perfil lipídico. Se calcula de manera simple (colesterol total - colesterol HDL) y refleja el colesterol de lipoproteínas aterogénicas y una elevada correlación con los niveles de Apo B. Es el parámetro lipídico de referencia para la estimación del RCV con las ecuaciones de SCORE2 y SCORE2-OP según los modelos de estimación del RCV recomendando por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
- Lipoproteína (a): Se determina una vez en la vida, debido a su marcada influencia genética y la falta de tratamientos farmacológicos específicos de su modulación. Las excepciones a esta regla son la transición a la menopausia, el embarazo, el uso de anticonceptivos orales, la enfermedad renal crónica o el síndrome nefrótico, cuando se administra un tratamiento específico para reducir la Lp(a) o para modular las opciones terapéuticas, como el uso de inhibidores de PCSK9. Los niveles de Lp(a) en la sangre dependen del tamaño de sus isoformas determinadas genéticamente, y pueden variar entre 275-800 kDa en diferentes poblaciones y grupos étnicos. Históricamente, la medición de la masa de la Lp(a) (mg/L) incluía todos sus componentes (ApoA, ApoB-100, colesterol, ésteres de colesterol, fosfolípidos, triglicéridos y carbohidratos), resultando en una evaluación inexacta del RCV. Individuos con un número bajo de partículas grandes podían mostrar niveles de Lp(a) similares a aquellos con un número elevado de partículas pequeñas, clasificándose erróneamente en términos de riesgo. Para correlacionar de manera más precisa el número de partículas aterogénicas, en CLILAB se mide mediante inmunoensayo la concentración (nmol/L) de la parte proteica de la Lp(a), independientemente de su tamaño.
Valores normales y alertas en la evaluación del riesgo cardiovascular
Tabla 1. Valores lipídicos deseables en adultos según las sociedades europeas de cardiología.
Tabla 2. Alertas recomendadas para establecer en el sistema informático y/o informe de laboratorio del centro.
Factores que influyen en la determinación del perfil lipídico del paciente
Se recomienda mantener hábitos estables previos a la extracción, evitar ejercicio intenso y realizar la extracción en posición sentada. Descartar dislipidemias secundarias y considerar el impacto de procesos inflamatorios recientes es esencial para obtener resultados fiables. Tras un evento isquémico agudo, se aconseja medir parámetros lipídicos en las primeras 24 horas, ya que pasado este tiempo, los niveles de colesterol Total y colesterol LDL pueden estar disminuidos.
El papel del laboratorio clínico en la prevención del riesgo cardiovascular
El estudio del perfil lipídico en el laboratorio clínico desempeña un papel crucial en la prevención, monitorización y evaluación del RCV. La comunicación de alertas y la formulación de recomendaciones específicas a los profesionales de la salud son aspectos fundamentales de nuestra labor. La prevención del RCV es un esfuerzo conjunto entre laboratorios clínicos y otros profesionales de la salud para garantizar la salud de los pacientes.
REFERENCIAS
- Arrobas Velilla T, Guijarro C, Campuzano Ruiz R, et al. Documento de consenso para la determinación e informe del perfil lipídico en laboratorios clínicos españoles: ¿Qué parámetros debe incluir un perfil lipídico básico? Nefrología. 2023;43(4):474-483. doi:https://doi.org/10.1016/j.nefro.2023.02.002