Cribado de cáncer de cérvix en el laboratorio clínico para su prevención y tratamiento

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La prevención y detección temprana del cáncer cervical, a través de programas de cribado y pruebas de VPH, son esenciales para diagnosticar y tratar lesiones precancerosas.

El cáncer de cuello uterino o cáncer de cérvix es el cuarto más común entre mujeres a nivel mundial según la OMS. El principal factor de riesgo es la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite principalmente por contacto sexual.

De los 14 tipos de VPH asociados a este cáncer, el VPH-16 y el VPH-18 son responsables de aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de cuello uterino.

La educación sobre medidas preventivas, como la vacunación contra el VPH y el cribado periódico, son fundamentales para su detección temprana y reducción de la mortalidad.

¿Qué causa el cáncer de cérvix?

El cáncer de cérvix se origina en el cuello del útero, siendo el VPH el principal factor de riesgo. La asociación entre este virus y el cáncer de cérvix radica en la capacidad del VPH para alterar las células del cuello uterino. La infección por VPH también está asociada a los cánceres de vagina, vulva, pene, ano y orofaringe.

Las proteínas oncogénicas del virus, E6 y E7, interrumpen los mecanismos de control celular y previenen la muerte celular programada. Así, promueven la acumulación de mutaciones y la transformación de las células del cuello uterino hacia etapas precancerosas y cancerosas.

La integración del ADN viral en el genoma de las células infectadas permite la expresión continuada de las proteínas oncogénicas, promoviendo la progresión hacia el cáncer. Existen más de 100 tipos de VPH. Sin embargo, hasta ahora sólo 14 tipos se consideran de alto riesgo para el desarrollo del cáncer, especialmente los tipos VPH-16 y VPH-18.

¿Cuándo es necesaria la atención médica?

El VPH se transmite a través del contacto sexual y puede infectar a individuos sin presentar síntomas visibles, lo que dificulta su detección temprana. El uso de preservativos tampoco elimina por completo el riesgo de contagio debido a la transmisión a través de la piel y las membranas mucosas afectadas.

A pesar de que la infección por VPH es frecuente y mayoritariamente transitoria, su persistencia puede llevar a cambios precancerosos que raramente presentan síntomas. Signos como el sangrado vaginal inusual, molestias abdominales atípicas, dolor durante las relaciones sexuales, o el flujo vaginal alterado son indicativos de la necesidad de una evaluación médica.

El cribado del cáncer de cérvix inicia a los 25 años con pruebas de citología cada tres años hasta los 29 años. A partir de los 30 años, se recomienda añadir o pasar a la prueba de VPH (co-test) cada cinco años. Este enfoque se mantiene hasta los 65 años para detectar las primeras lesiones precancerosas o la presencia del VPH de alto riesgo, reduciendo así su incidencia.

La detección de los primeros signos se asocia a un mejor pronóstico y depende también del tratamiento, el tipo de VPH y el estado inmunológico del paciente, entre otros. Para el diagnóstico, se emplea una estrategia que incluye análisis microscópicos, de biología molecular y estudios de anatomía patológica.

La citología cervical o test de Papanicolaou

La citología cervical o test de Papanicolaou es un estudio ginecológico que analiza al microscopio óptico una muestra del epitelio vaginal y cervical. La evaluación de la morfología celular permite distinguir cambios específicos de la infección por VPH. Así es posible graduar el daño y riesgo a través de dos opciones de citología:

  • Citología convencional: su sensibilidad se sitúa en torno al 50% debido a la variabilidad en la toma, extensión y preservación de la muestra, entre otros.
  • Citología en medio líquido: la fijación inmediata y el uso de sistemas de lectura automatizada mejoran la sensibilidad de la técnica.

Los resultados de la citología se presentan a través de la nomenclatura Bethesda de 2014. Esta incluye diferentes estadíos en base a la evolución de las anomalías de las células epiteliales, tanto escamosas como glandulares. En ambos casos, se diferencia desde atipias de significado incierto a carcinoma. (Figura 1) (Tabla 1.).

Figura 1. Evolución de las anomalías de las células epiteliales del cuello uterino.

Evolución de las anomalías de las células epiteliales

Tabla 1. Clasificación de las anomalías de células epiteliales. Adaptación de la AEPCC-Guía, 2022.

Anomalías de las células epiteliales

Por otro lado, las pruebas de VPH detectan la presencia de los 14 genomas virales de alto riesgo a través de PCR. Esta prueba, sola o en combinación con la citología, sirve como cribado del cáncer de cérvix recomendado en las guías clínicas europeas y americanas. Se debe considerar:

  • Tras un resultado de citología incierto (ASCUS) en mujeres menores de 30 años.
  • Como cribado primario en mujeres de entre 30 a 70 años, especialmente las no vacunadas.

Algoritmo diagnóstico de las pruebas de detección del VPH

Ante resultados anormales asociados a un riesgo inmediato, mayor al 5%, de evolución a grado HSIL/CIN3+, se procede con una colposcopia y, si es necesario, una biopsia para evaluar más detalladamente las células anormales endocervicales o endometriales. En la colposcopia, se realiza un examen visual mediante un microscopio específico denominado colposcopio. Para la biopsia, se extrae una pequeña muestra de tejido del cérvix para su análisis en el laboratorio. Debido a la importancia y complejidad de las pruebas de cribado y diagnóstico, es esencial mantener controles de calidad para garantizar su eficaz aplicación y gestión.

Figura 2. Pruebas de detección para el cáncer de cuello uterino.

Pruebas de detección cáncer de cuello uterino

En CLILAB Diagnostics, llevamos a cabo el cribado primario mediante el análisis de citologías ginecológicas y la detección molecular del VPH. Además, realizamos el análisis de biopsias cervicales o vaginales en citologías positivas para lesiones intraepiteliales o sospechosas con positividad para VPH de alto riesgo en nuestro laboratorio de anatomía patológica.

En caso de detectar resultados patológicos o alterados, activamos una alarma para que la unidad de atención a la salud sexual y reproductiva (ASSIR) cite al paciente para revisión con urgencia.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

Los tratamientos para el cáncer de cérvix incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapia dirigida. Ciertos tratamientos pueden afectar la fertilidad o función sexual y/o generar posibles efectos secundarios como náuseas, fatiga y mayor riesgo de infección.

Para equilibrar su efectividad con la calidad de vida, se eligen cuidadosamente en función del estadío del cáncer, y los deseos de preservación de la fertilidad. El pronóstico varía según el tipo de VPH, tratamiento y características del paciente.

¿Cómo influye la vacunación en la prevención del cáncer de cérvix?

La estrategia de vacunación contra el VPH busca proteger a mujeres y hombres antes del inicio de la actividad sexual. Se recomienda la vacuna desde los 9 hasta los 26 años, y en ciertos casos, se extiende hasta los 45 años.

La vacunación ha demostrado ser casi 100% eficaz en la prevención de lesiones precancerosas e infecciones por los tipos de VPH de alto riesgo más frecuentes. La protección dura al menos 10 años. Además, ayuda a reducir la prevalencia del VPH y la necesidad de procedimientos médicos invasivos.

Todo esto subraya la importancia de la vacunación en la prevención del cáncer de cérvix y otras enfermedades relacionadas con el VPH.

¿Qué desafíos hay en la prevención del cáncer cervical?

Es necesario reconocer que una pequeña proporción de los cánceres cervicales se desarrollan independientemente del VPH y que no todos los tipos de VPH causan cáncer.

Por otro lado, enfatizar la importancia de la vacunación, el cribado y la adopción de un estilo de vida saludable es esencial en la reducción de su incidencia.

¿Cómo podemos contribuir a reducir la incidencia del cáncer debido al VPH?

La detección precoz, a través de exámenes de Papanicolaou y las pruebas de VPH, es esencial para prevenir condiciones cancerosas y los efectos adversos en la fertilidad, así como mejorar el pronóstico del tratamiento.

El desafío en las limitaciones de las pruebas diagnósticas actuales, que requieren una ligera mejora en la sensibilidad y especificidad. La citología puede fallar en detectar algunas lesiones precancerosas mientras que la prueba de VPH puede conducir a la sobre-detección de infecciones transitorias por VPH.

REFERENCIAS

  1. “Càncer de Coll Uterí.” Canal Salut.
  2. AEPCC-Guía: PREVENCIÓN SECUNDARIA DEL CÁNCER DE CUELLO DEL ÚTERO, 2022. CONDUCTA CLÍNICA ANTE RESULTADOS ANORMALES DE LAS PRUEBAS DE CRIBADO. Coordinador: Torné A. Secretaria: del Pino M. Autores: Torné A; Andía, D; Bruni L; Centeno C; Coronado P; Cruz Quílez J; de la Fuente J; de Sanjosé S; Granados R; Ibáñez R; Lloveras B; Lubrano A Matías Guiu X; Medina N; Ordi J; Ramírez M; del Pino M.trans(ca.
  3. Mateos Lindemann ML, Pérez-Castro S, Pérez-Gracia MT, Rodríguez-Iglesias M. Diagnóstico microbiológico de la infección por el virus del papiloma humano. 57. Mateos Lindemann ML (coordinador). Procedimientos en Microbiología Clínica. Cercenado Mansilla E, Cantón Moreno R (editores). Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). 2016.

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