13 de septiembre, Día Mundial de la Sepsis
Más de 17.000 personas mueren cada año a causa de esta patología. Se trata de una disfunción de la respuesta del huésped a la infección causada por un microorganismo. La rápida respuesta clínica y el tratamiento antibiótico precoz son fundamentales para reducir la alta mortalidad que genera.
Aunque cualquier persona puede desarrollar esta patología existe una población con una susceptibilidad superior, como son: pacientes crónicos, pacientes inmunodeprimidos, pacientes con edad avanzada y los diabéticos. Los microorganismos multirresistentes han hecho aumentar aún más la mortalidad de esta patología que ya de por si ronda el 40%. Por lo tanto, es clave identificar muy bien los síntomas que nos deben hacer sospechar una sepsis como: la fiebre, la alteración del nivel de conciencia de la frecuencia respiratoria o cardíaca o la hipotensión. Cada hora que se retrasa el tratamiento antibiótico correcto aumenta la mortalidad en aproximadamente un 8%. De ahí que en la mayor parte de los hospitales han puesto en marcha programas específicos multidisciplinares para optimizar el tiempo de respuesta clínico y la idoneidad del tratamiento antibiótico administrado. Infectólogos, Intensivistas, Microbiólogos, personal de enfermería y de Urgencias son los principales involucrados en el buen funcionamiento de este programa multidisciplinar llamado Código Sepsis.