Diada de Sant Jordi: desde la mirada de un escritor
Hoy es 23 de abril, la Diada de Sant Jordi, una de las fechas más señaladas de nuestro calendario y la cual me toca de muy cerca personalmente hablando por varias razones. Por un lado por mi propio nombre, puesto que me llamo Jordi. También por el motivo que impulsa la fiesta por sí misma; los libros.
Como autor de novela que soy; precisamente de género fantástico, donde aparecen dragones feroces con profundas convicciones éticas y morales, princesas que no tienen nada de pánfilas ni de desvalidas, caballeros que no son valerosos, sino atormentados, reyes con ambiciones tan mundanas como las de cualquier otra persona, sea de la clase social que sea, y criaturas de sangre diferente a la humana: muchas de ellas perseguidas por el simple hecho de ser diferentes, el día 23 de abril de cada año es una fecha que considero muy señalada en la que me encanta rodearme de libros, rosas, paradas en las ramblas y los rincones de cualquier ciudad y pueblo de la comarca y, sobre todo, del rescoldo de la gente que pasea y disfruta de una jornada tanto arraigada a las tierras catalanas.
Aun así, no puedo dejar de pensar en varios factores que bailan dentro de mi mente inquieta, saltando de pensamiento en pensamiento como puede hacerlo una abeja, de flor en flor, en un prado de cualquier de nuestros campos donde cada vez llueve menos. Uno de estos factores es el Informe PISA; sobre todo el del apartado relativo a la comprensión lectora. Como autor, novelista y poeta que me considero, me preocupa profundamente el poco valor que percibo a mi alrededor a las artes de leer y escribir: dos artes que, innegablemente, conducen a la reflexión, al análisis y a la comprensión de nuestro alrededor, más allá del que vemos o sentimos, tanto con los ojos y los oídos como con el corazón y el alma. Puedo entender parcialmente estos resultados; cada vez se le da menos importancia al texto escrito y más al multimedia, haciendo que la capacidad de atención se vaya reduciendo progresivamente cuando nuestros sentidos no se ven satisfechos por suficientes estímulos. No quiero aprovechar este espacio para reivindicar el arte de leer y escribir, lo que sí haré son dos cosas: Por un lado, animaros a prolongar la Diada de Sant Jordi más allá del propio día 23 de abril. Leed libros o cómics, novelas o ensayos. Disfrutad del placer de la lectura no solo ahora, sino cualquier día de la semana de los 365 días que tiene el año. Sustituir la pantalla del móvil por aquella novela que tenéis pendiente de leer desde hace un montón de años; aquel título que tenéis encima de la mesilla de noche (si todavía lo tenéis) o acumulando polvo a la estantería. Regalad aquel libro que siempre os ha encantado a aquella persona tan especial para vosotros. Porque si no lo hacemos así, creo que perderemos la capacidad de filtrar la información que nos llega; reduciremos nuestra propia capacidad de atención y, cada vez, seremos menos capaces de entender una simple frase que puede estar llena de matices con todo el que dice, pero, sobre todo, lo que no dice: lo que antes se decía leer entre líneas. Una cosa que resulta ser tan poco habitual hoy en día como puede ser ver alguien por la calle con un libro en las manos cualquier día que no sea el propio 23 de abril. Pero, sobre todo, leed por mí y por otros muchos como yo, que escribimos para alimentar el alma de nuestros lectores. Porque si no, no podremos ganarnos la vida con nuestros escritos.
Disfrutad del día de Sant Jordi. ¡Nos lo merecemos!!
Jordi Casas Bolet, es autor de novela fantástica y otros escritos. Si estáis interesados al saber más os invitamos a visitar su página web
23 de abril de 2024, Vilafranca del Penedès