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“Soy una igualadina de toda la vida. Así se presenta Maribel López Fernández, actual coordinadora técnica general del CLILAB. Además de vivir y trabajar en Igualada toda su vida, es una pionera. Fue una de las cinco primeras técnicas especialistas en análisis clínicos de la promoción del 1989 de la Escuela Milà y Fontanals de Igualada.

Como ya tenía experiencia como auxiliar de clínica, encontró trabajo enseguida en el laboratorio del Hospital de Igualada, el mismo año en el que acabó la formación. Maribel forma parte del CLILAB desde mucho antes de que llevara ese nombre. “Las he visto de todos los colores”, dice al recordar su larga trayectoria.

Soltando una tímida sonrisa, agrega: “Ser técnico de laboratorio no era mi meta. De joven me hubiera gustado ser corresponsal de guerra”. Anhelaba ir a todos los países en los que se pudieran denunciar los conflictos y hacerlos públicos para luchar por los Derechos Humanos. Y algo de esa lucha aún sigue latente en Maribel.

“Me inicié en el área del laboratorio que realmente me gustaba y no me arrepiento”, dice con convicción. Siempre ha estado en el Laboratorio de Urgencias porque le apasiona poder hacer un poco de hematología, de coagulación, de banco de sangre, de bioquímica y de microbiología. Admite que le aburre un poco la rutina: “Soy más de urgencias”.

Maribel exclama con mucho entusiasmo: “¡A mí me va la marcha! Cuando las urgencias están muy complicadas, eso me gusta”. Y destaca que le encantan esos momentos en los que puede tener contacto directo con los médicos y ser la vía directa al recibir la muestra y procesarla, además de tener la oportunidad de colaborar en la interpretación del resultado y brindar resultados de calidad.

En octubre del 2006 fue nombrada coordinadora técnica del laboratorio de Igualada del CLILAB. Por primera vez una técnica de laboratorio ocupaba un puesto de coordinación. Este nombramiento marcó un punto de inflexión, ya que la tarea de los técnicos siempre había estado bajo supervisión de enfermería. “Estuve muy contenta por mí y sobre todo porque consideraba que los técnicos habíamos dado un paso hacia adelante”. Años más tarde, en noviembre de 2020, Maribel asumió también la coordinación técnica general de todos los laboratorios del CLILAB.

La llama de su pasión juvenil, la de luchar por los derechos de las personas, sigue más viva que nunca. Es una incansable promotora de la reivindicación de los técnicos de laboratorio.

“Estamos luchando para que sea carrera universitaria como en otros países. Yo estuve tres años colaborando con la Asociación Española de Técnicos de Laboratorio”. En este camino, también ha ejercido la docencia tanto en instituciones externas como brindando formación interna en el curso de urgencias del CLILAB.

Del trabajo asistencial a la coordinación

Después de muchos años de trayectoria haciendo asistencia le ofrecieron ser coordinadora. Y para no alejarse completamente de lo que tanto le apasiona hizo un pacto: solicitó continuar haciendo algunas horas al día de asistencia mientras coordinaba. “Porque para mí es importante estar al día; tengo muy claro que hoy hago esto, pero mañana no lo sé”, expresa, a pesar de que “hace unos años que no hago tanta asistencia, solo en momentos puntuales y colaboro con algunas cosas determinadas”.

En la coordinación “tengo dos sillas”, aclara. Una de ellas es la de coordinadora técnica del laboratorio de Igualada, donde gestiona a unas 26 personas, con las que trabaja a diario. La otra es la de coordinadora técnica general del CLILAB, desde la que gestiona, supervisa y coordina los recursos humanos con la ayuda de toda la Coordinación Técnica, la Secretaría Técnica y el Departamento de Recursos Humanos, manteniendo siempre una buena comunicación con la Dirección. Su objetivo principal es cohesionar todo su equipo de trabajo.

Tiene seis personas de coordinación a su cargo, las cuales se encuentran en cada uno de los centros del CLILAB con sus respectivos equipos. Explica que, aunque en todos los centros quieran trabajar del mismo modo no siempre es posible, ya que cada uno tiene su propia peculiaridad. Por eso, es vital el trabajo de la coordinación para armonizarlos. El equipo de coordinación mantiene reuniones trimestrales presenciales en las que tratan todos los temas y en el día a día se comunican por teléfono. Es un equipo de trabajo que se desarrolla a través de la práctica de un liderazgo de estilo participativo que permite adquirir habilidades de empatía, sinceridad, lealtad, compromiso y competencia profesional. “Estoy muy contenta, son de mi confianza ya que tienen que gestionar sus propios equipos”.

Aunque los centros estén en diferentes puntos y distanciados, Maribel sostiene que son como una “tela de araña” donde cada punto está conectado con el otro y eso contribuye a la fuerza total. Con las mismas palabras que utilizaba Michael Jordan, Maribel comenta: “En un equipo no todos pueden pretender tener la misma fama y prensa, pero todos pueden decir que son campeones” porque todos nos necesitamos”.

Considera que las personas que forman el CLILAB son la parte esencial. Estas parten de un alto nivel de exigencia y tienen que tener la capacidad de adaptarse a las situaciones que surgen en el día a día. Sería un ejemplo la pandemia del COVID-19, en la que recuerda que el Hospital de Igualada fue uno de los más afectados, puesto que se detectó el primer caso y lo destinaron únicamente para la atención de pacientes con COVID.

La coordinación: logros y objetivos

En sus momentos libres, Maribel busca disfrutar de la naturaleza y desconectar la mente a través del senderismo o, simplemente, oyendo el sonido del mar. Seguramente, ese tiempo de relajación le permite definir con claridad nuevos objetivos y propósitos para el equipo técnico y para ella misma.

Todavía siente que el reconocimiento del trabajo técnico no es suficiente y, por eso, desde la coordinación se enfoca en motivar a las nuevas generaciones a seguir formándose y conocer qué necesidades tienen. Maribel sostiene: “Siempre les digo: ¡no esperéis! Lo que tenéis que hacer y lo que tenemos que aprender es a autorreconocernos a nosotros mismos”.

Tras conseguir unas plazas estructurales y poder ofrecer a los técnicos suplentes un contrato con garantías ha mejorado la plantilla y su disponibilidad. A su vez, esto le ha dado estabilidad al ritmo de trabajo y mayor tranquilidad a la coordinación, que disponen de más personal para las coberturas.

Maribel, intenta desarrollar al máximo el potencial del personal a su cargo mediante la siguiente fórmula: liderazgo, competencia profesional, negociación y resolución de conflictos. Es notable cómo ha organizado y definido los papeles en la coordinación para lograr los objetivos de todos los equipos a su cargo. Confiesa con una sonrisa: “Estuve a punto de no presentarme; es que no estaba segura de poder con todo”. Pero el tiempo ha demostrado con creces que era la persona adecuada.

Desde sus dos sillas, como le gusta referirse a sus roles, lucha por los derechos, incentiva, acompaña y guía, siempre teniendo presente que el trabajo en equipo es la clave. “Todos colaboramos en los resultados. Y con esto me refiero ya no solo a la parte técnica y la facultativa, sino al departamento de logística, al de estadística, al de recursos humanos, contratación… Me refiero a calidad, me refiero a todos los que forman parte del CLILAB”, concluye.