“Los análisis clínicos son básicos e imprescindibles en la medicina del siglo XXI”
Rosa Núria Aleixandre Cerarols es Licenciada en Farmacia, especialista en análisis
clínicos y Doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universitad de Girona. Ha desarrollado su actividad en el mundo de la salud, la investigación y la docencia
universitaria. Ha ejercido como jefa de servicio y directora clínica de los laboratorios clínicos del Instituto Catalán de la Salud de Girona. En cuanto a la investigación, ha cofundado el grupo de investigación oncológica de Girona y ha sido la codirectora del grupo de investigación sobre cáncer de páncreas y próstata de la Universidad de Girona (UdG). Ha presidido el Consejo Social de la UdG y, actualmente, es presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Girona. También es numeraria de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y, desde el mes de enero, es su vicepresidenta. Entre los años 2004 y 2011, fue senadora. Rosa Núria Aleixandre es la presidenta del Consejo Rector de CLILAB Diagnòstics desde el año 2011.
Sra. Aleixandre, hace bien poco le entregaron la Medalla al Trabajo President Macià 2022. ¿Qué supone para usted este reconocimiento?
Es un reconocimiento importante para todos aquellos que hemos trabajado para la sociedad. La verdad es que me sorprendió muchísimo que unas noventa
personalidades de varios ámbitos firmaran para que me la dieran.
Si le parece bien, rebobinamos un poco. ¿De dónde nace su vocación por el mundo de la salud?
A mí la medicina siempre me había gustado mucho. Unos amigos de mis padres se
dedicaban a ello. En aquella época, había cierta idealización de la figura de los médicos, pero implicaba mucho sacrificio. En aquel momento, como mujer, no estaba dispuesta a renunciar a mi vida por ello.
Y decidió estudiar Farmacia…
Sí. Después me decanté por la bioquímica y, finalmente, fui hacia el laboratorio, que es el espacio más próximo a la medicina donde puede estar un farmacéutico.
A lo largo de su trayectoria profesional, ha combinado la actividad docente con la dirección de laboratorios clínicos como el del ICS a Girona. ¿Cree que los análisis clínicos, a pesar de ser imprescindibles, están un poco invisibilizados?
Totalmente invisibilizados. Los análisis clínicos son el diagnóstico in vitro que necesita el médico para acabar de hacer su diagnóstico completo. Son básicos e imprescindibles, junto con el diagnóstico de imagen, en la medicina del siglo XXI.
Usted implantó un modelo en Girona que ha replicado a CLILAB Diagnòstics. ¿En qué se basa?
Se trata de un modelo extraordinario que ha dado muy buenos resultados. Consiste en estar al lado del paciente, del médico, del territorio. El modelo de gestión ha sido clave, porque nuestra filosofía es la de integrar a las personas. Los profesionales que estaban en aquel momento en Girona y los que están ahora en CLILAB Diagnòstics se sienten parte del laboratorio. Están implicados. Por eso hacen tesis, hacen investigación y se complican la vida, en el buen sentido de la palabra.
Aun así, ha sido cuestionado. ¿Por qué?
Ser crítico con el modelo es fácil, pero quien lo dice, hace los números mal. No se trata de cuantificar cuánto cuesta una prueba concreta, si no cuánto cuesta el diagnóstico completo. Yo siempre digo lo mismo, no quiero que las glucosas sean más baratas, quiero no hacerlas si no son necesarias.
¿Por lo tanto, lo que usted propone es mirarlo desde otra perspectiva?
¡Está claro! Si un diagnóstico está bien hecho, quizás te ahorras un ingreso hospitalario, que cuesta mucho dinero, o bien te ahorras una serie de pruebas, si la primera que le haces al paciente es la indicada. Esto se consigue con el contacto permanente entre el laboratorio y el médico. Eso sí que es económico y evita gastos, además de resultar más efectivo desde el punto de vista sanitario.
¿La medicina de laboratorio ha sufrido un punto de inflexión a raíz de la pandemia?
Evidentemente, la pandemia ha contribuido a dar una mayor visibilidad al trabajo que se hace desde los laboratorios. Ahora bien, desde el punto de vista tecnológico, te diría que no ha supuesto muchos cambios. La PCR se utiliza desde principios de los 2000. Se usaba, por ejemplo, en el tratamiento del sida para mirar la carga viral. En el caso de la hepatitis, también. Cuando llegó la covid necesitábamos material ligeramente diferente para mirar otra tipología de virus.
¿Cómo vivieron esta emergencia global personas del ámbito sanitario como usted?
Como profesional sanitaria, tengo que decir que era la primera vez que la humanidad se enfrentaba a una pandemia. La experiencia anterior, que fue la gripe española, se dejó pasar sin hacer nada. Esta ha sido la primera vez que los estados se han planteado qué había que hacer y qué estrategia se tenía que adoptar.
¿Cree que se gestionó bien?
Esta planificación no siempre se ha hecho con el asesoramiento correcto, porque políticamente no convenía, por miedo, o bien, por desconocimiento. Yo creo que, en muchas ocasiones, se han ido a buscar expertos que no lo eran tanto cuando había otros que lo eran más.
Durante la pandemia, se fabricaron nuevas vacunas en un tiempo récord…
Sí, pensar que una vacuna tarda de dos a tres años a hacerse. Hace falta también tener las autorizaciones. En cambio, solo en pocos meses han salido nuevas vacunas. ¿Qué no han sido tan fantásticas? De acuerdo. Pero es que ahora tenemos la maravilla que son RNA y esto nos abre la puerta a otras vacunas, desde el sida hasta el cáncer. ¡Hemos abierto una nueva puerta a la ciencia!
¿Cree que nos ha servido para estar más preparados por otro escenario similar?
Sí, absolutamente. Nos ha servido para cambiar las comunicaciones patológicas y ha puesto de manifiesto que la ciencia, cuando la aprietan, responde.
¿Cuáles son los retos que tiene pendientes CLILAB Diagnòstics, según su punto de vista?
De entrada, acabar este periodo de excepcionalidad y volver a la normalidad. Durante estos últimos años, hemos trabajado 24 horas al día y los 7 días de la semana. Para hacer frente, hemos incorporado personal nuevo. Ahora hay que pensar cómo lo integramos en los hospitales y laboratorios. Quizás es una buena oportunidad para ampliar las nuevas áreas pendientes.
También se ha dedicado a la investigación. Ha cofundado el grupo de investigación oncológica de Girona y ha sido la codirectora del grupo de investigación sobre cáncer de páncreas y próstata de la Universitat de Girona (UdG). ¿Cree que la investigación es clave y le conviene más inversión presupuestaria?
La investigación de este país está poco dotada y no tenemos la ley de mecenazgo que corresponde. Los profesionales que hacen investigación, lo hacen por convicción. Si se los tuviéramos que pagar todas las horas que invierten, no se haría ni una décima parte del trabajo que actualmente se está llevando a cabo. Personas como yo trabajábamos y, en paralelo, hacíamos investigación. Y el poco dinero que recibíamos eran para hacer más investigación y no para cobrar nosotros. La mayoría de investigadores de este país han hecho muy buen trabajo, porque son altruistas y generosos.
En el caso de cánceres como el de páncreas y el de próstata, ¿cómo hemos avanzado en los últimos años? ¿Cree que estamos más cerca de la cura?
En los dos casos, en los cuales he hecho tesis doctorales, el diagnóstico precoz es fundamental. En el caso del cáncer de páncreas, por ejemplo, es tan letal porque cuando lo diagnosticas ya es tarde.
Usted ha estado al frente de muchos proyectos. En su ámbito, ¿es básico tener esta iniciativa?
Así es cómo he estado yo. Si tienes ganas y la gente de tu entorno también, se sacan adelante proyectos. Más allá de mi actitud, he tenido la gran suerte de estar rodeada de grandes profesionales que han creído en mí y hemos podido hacerlo conjuntamente.
¿Ha sido complicado ser mujer y liderar?
En mi caso, no. Nunca he visto a los profesionales como mujeres u hombres, sino como técnicos, facultativos, directores o gestores. Sí que es verdad que, a lo largo de mi trayectoria, he estado rodeada de hombres. Ahora bien, no me he sentido nunca discriminada.
Más allá del ámbito sanitario, también se ha dedicado a la actividad parlamentaria…
En casa siempre se había hablado de política. Durante muchos años estaba prohibido hablar fuera y cuando se permitió, decidí participar legislativamente. Para mí, hacer política quiere decir cambiar las leyes de un país. Por eso, fui senadora. Además, se trata de un órgano territorial donde la elección es personal. Cuando me lo propuso Artur Mas, le dije que sí, que adelante.
¿Cómo valora esta experiencia?
Muy interesante. Tuve la suerte de estar rodeada de profesionales de partidos diferentes y pudimos cambiar cosas, como la Ley de Investigación Biomédica, entre otros
¿Cómo definiría su trayectoria profesional en pocas palabras?
¡Es difícil! Diría que soy una persona con ganas, que no se sabe estar quieta y que, constantemente, se pregunta el porqué de las cosas. Siempre he pensado que si los otros lo hacen hecho, ¿por qué yo no podía hacerlo?
¿Y ahora, qué? ¿Cuáles son los retos que tiene Rosa Núria Aleixandre delante?
Ya tengo una edad. He tenido que aparcar una serie de cosas. De aquí a un año y medio ya tengo que dejar la junta del Colegio de Farmacéuticos y no me volveré a presentar. Mi reto principal, que creo que también es fundamental para este país, son las Reales Academias. A diferencia de Francia o de Inglaterra, aquí no se las ha tenido en cuenta. Trabajaré para su reconocimiento como vicepresidenta de la Real Academia de Farmacia. Este es mi último hito.