Evaluación de los marcadores sanguíneos de daño miocárdico
Exploramos la importancia de los marcadores sanguíneos en el diagnóstico temprano de enfermedades cardiovasculares, destacando la troponina como el gold standar para detectar infartos.También analizamos otros marcadores clave como CK-MB, BNP, mioglobina y digoxina.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Estas enfermedades, que incluyen desde infartos hasta insuficiencia cardíaca, requieren de un diagnóstico temprano y preciso para un manejo efectivo.
En este contexto, los marcadores sanguíneos tienen un papel fundamental, proporcionando información sobre la presencia y la magnitud del daño miocárdico. Esto que permite una correcta intervención según el tipo de enfermedad:
- Tipo 1: bloqueo completo de arterias coronarias.
- Tipo 2: desequilibrio entre demanda y suministro de oxígeno al corazón.
- Tipo 3: muerte súbita antes del diagnóstico.
- Fallo cardiaco agudo: el corazón no bombea suficiente sangre, causando síntomas graves.
- Miocarditis: inflamación del músculo cardíaco, generalmente por infecciones.
- Enfermedad estructural del corazón: alteraciones en la estructura y/o función cardíaca, como la insuficiencia cardiaca (IC).
- Enfermedad crónica del riñón: insuficiencia renal que afecta al corazón, aumentando el riesgo cardiovascular.
Los marcadores sanguíneos son moléculas liberadas al torrente sanguíneo en respuesta a un daño en los tejidos, incluido el tejido cardíaco. Cuando ocurre una lesión en el corazón, como en el infarto de miocardio, ciertas proteínas y enzimas se liberan en la sangre.
Los biomarcadores complementan la evaluación clínica y el ECG de 12 derivaciones en el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el tratamiento de los pacientes en los que se sospecha un SCASEST (Síndromes Coronarios Agudos Sin Elevación del segmento ST). Por tanto, la detección y medición de estos marcadores son esenciales para:
- Diagnosticar un evento cardíaco
- Evaluar la extensión del daño
- Guiar las decisiones terapéuticas
Figura 1. Dinámica de liberación de los distintos marcadores disponibles y especificidad cardíaca.
Cada marcador aparece en un tiempo determinado con características específicas que lo hace más o menos adecuado dependiendo del contexto clínico. La troponina es la más utilizada debido a su especificidad y su cinética, mientras que el resto de marcadores han quedado en desuso.
Troponinas: el marcador de referencia
La troponina, o complejo de troponinas, es un complejo de tres proteinas reguladoras (troponina C, troponina I y troponina T) que participan en la contracción muscular del músculo esquelético y cardíaco.
La Troponina C (TnC) se une al calcio; la Troponina T (TnT) se une a la tropomiosina y la Troponina I (TnI) inhibe la movilización del citoesqueleto. En el contexto de marcadores angiogénicos, se prefieren la TnI y TnT por su alta especificidad en la detección de daño cardíaco.
Estas proteínas se liberan al torrente sanguíneo cuando ocurre necrosis celular en el miocardio, como en un infarto agudo de miocardio (IAM). Sus niveles elevados se detectan pocas horas después del inicio del daño.
La concentración de troponina en suero se mide mediante enzimoinmunoensayo. A lo largo de los años se han desarrollado métodos cada vez más sensibles para detectar concentraciones de troponina y las troponinas “clásicas” han dado paso a las troponinas de “alta sensibilidad”.
Las troponinas de alta sensibilidad han permitido identificar niveles mínimos de troponina, esenciales para el diagnóstico temprano de daño cardíaco, pero también tienen un valor pronóstico adicional en los pacientes con insuficiencia cardíaca.
Los niveles de troponinas no solo confirman o descartan la presencia de un IAM, sino que también permiten estimar la magnitud del daño. Esta capacidad de proporcionar información detallada sobre la extensión del daño cardíaco, junto con su alta especificidad, hace que la troponina cardiaca de alta sensibilidad sea obligatoria en todos los pacientes con sospecha de SCASEST. Funciona como un marcador cuantitativo donde niveles más altos indican mayor probabilidad de infarto de miocardio.
A pesar de su especificidad, se recomienda realizar una segunda medición, para seguir la evolución de sus niveles, así como combinarla con otros biomarcadores, ya que existen otras causas de elevación de troponina que no corresponden a un infarto y, por tanto, pueden producir falsos positivos.
CK-MB: un marcador clásico
La CK-MB, una fracción de la enzima creatina kinasa, ha sido uno de los marcadores tradicionales en el diagnóstico de infartos de miocardio.
Aunque es menos específica que las troponinas, la CK-MB sigue siendo útil en ciertos contextos. Su principal ventaja radica en su rápida elevación después del daño miocárdico, alcanzando su pico máximo entre 12 y 24 horas después del evento, lo que permite la detección temprana de un infarto y la identificación de reinfartos.
No obstante, la CK-MB no es exclusiva del tejido cardíaco y puede elevarse en otros casos de daño muscular, lo que puede llevar a falsos positivos.
A pesar de esto, sigue siendo un marcador valioso, especialmente en situaciones donde las troponinas no están disponibles o cuando se necesita una evaluación rápida.
Nuevos biomarcadores angiogénicos
Los nuevos biomarcadores angiogénicos están revolucionando la capacidad de evaluar el riesgo y detectar de forma temprana el síndrome coronario agudo (SCA).
Marcadores de inflamación
Las interleucinas (ILs), el factor de necrosis tumoral (TNFs) y los isoprostanos son fundamentales para entender la inflamación subyacente en enfermedades cardiovasculares. Estos biomarcadores ofrecen una ventana al proceso inflamatorio que contribuye a la progresión de la enfermedad.
Marcadores de isquemia y necrosis
La proteína de unión a ácidos grasos (hFABP), la albúmina modificada por isquemia (IMA) y la copeptina sirven para la identificación temprana de isquemia y daño celular. Estos biomarcadores permiten detectar isquemia antes de que ocurra un daño irreversible.
BNP: un biomarcador de insuficiencia cardíaca
El péptido natriurético tipo B (BNP) y su fragmento N-terminal proBNP (NT-proBNP) son marcadores importantes en la evaluación de insuficiencia cardíaca.
Se generan a partir de la prohormona proBNP y se liberan en respuesta a la distensión de las paredes ventriculares del corazón, que ocurre en condiciones como la insuficiencia cardíaca congestiva.
Los niveles elevados de BNP o NT proBNP en la sangre indican la presencia y severidad de la insuficiencia cardíaca, y su medición es útil tanto para el diagnóstico como para la evaluación del pronóstico.
Debido a una mayor vida media y menor variabilidad biológica, el NT proBNP es el marcador más ampliamente utilizado en la práctica clínica.
A diferencia de otros marcadores que se centran en el daño miocárdico agudo, el NT proBNP es especialmente útil en el manejo a largo plazo de pacientes con insuficiencia cardíaca.
Digoxina: monitorización terapéutica
Aunque no es un marcador de daño miocárdico en sí, la digoxina es un fármaco utilizado en el tratamiento de ciertas condiciones cardíacas, como la insuficiencia cardíaca y algunas arritmias.
La monitorización de los niveles de digoxina en sangre es crucial para evitar toxicidad, dado que este medicamento tiene un rango terapéutico estrecho.
Los niveles elevados de digoxina pueden llevar a complicaciones graves, incluyendo arritmias ventriculares, lo que hace que su monitoreo sea una parte muy importante del manejo de los pacientes en tratamiento con este fármaco.
Conclusión
Los marcadores sanguíneos son herramientas indispensables en el diagnóstico y manejo de las enfermedades cardiovasculares, junto al estudio del perfíl lipídico del paciente.
Por su relevancia, es importante la estandarización en la medición de troponinas, para que cada laboratorio establezca su propio punto de corte para la población de referencia.
Cada uno de estos marcadores aporta información para la identificación de diferentes aspectos del daño cardíaco y el estado del paciente, desde la detección temprana de un infarto hasta la monitorización de la insuficiencia cardíaca y la terapia con digoxina.
El uso adecuado y combinado de estos marcadores permite a los profesionales de la salud tomar decisiones informadas y brindar un tratamiento oportuno y eficaz, mejorando los resultados en los pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Referencias
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